Aunque la responsabilidad última de crear espacios deportivos seguros recae sobre la propia entidad deportiva y sus responsables, es importante también que deportistas o cualquier otra persona usuaria tengan en cuenta una serie de recomendaciones a la hora de proteger su propia integridad, tanto física como emocional, cuando estén practicando cualquier actividad deportiva o bien participando como acompañantes o espectadores/as.
Por ello, es importante que siga las siguientes recomendaciones:
Reconoce las señales de alerta
Es importante que la persona sea capaz de darse cuenta de que hay comportamientos, verbales y no verbales que, como mínimo, son inapropiados.
También es importante recordar que el acoso sexual no siempre ocurre de manera claramente manifiesta y brusca, sino que suele empezar de manera muy sutil. Por ello, a la hora de identificar cualquier comportamiento, verbal y no verbal, que pueda ser susceptible de constituir una situación de acoso sexual, se debe tener en cuenta el grado de incomodidad que dicho comportamiento ha hecho sentir a la persona que lo recibe.
Recuerda: si cualquier comportamiento, comentario o actitud te hace sentir incomodidad, como mínimo es una conducta inapropiada y debes saber poner límites y rechazarlo abiertamente.
Cualquier mirada insinuante, un comentario fuera de lugar o un toque físico aparentemente inocente puede pasar desapercibido sobre todo, si ocurre en un ambiente de mucho bullicio como puede ser una celebración. De ahí la importancia de que la persona sea capaz de identificar cualquier signo de alerta de que puede estar sufriendo acoso sexual.
Los principales signos de alerta son:
- Que se produzca cualquier tipo de contacto físico no deseado, como abrazos, besos, toques, pellizcos, etc.
- Que se hagan bromas, chistes, sonidos o insinuaciones de carácter sexual que estén dirigidas a una persona o grupo en concreto, como por ejemplo, comentarios al aspecto físico, conversaciones sobre temática sexual, silbidos, invitaciones fuera de contexto, etc.
- Que se reciban mensajes o correos electrónicos no deseados, con algún contenido sexual.
- Que se reciba algún tipo de ventaja o bonificación (“Quid Pro Quo”) como, por ejemplo, algún tipo de ascenso, a cambio de cualquier tipo de favor con contenido sexual.
“Quid Pro Quo”, de latín “algo a cambio de algo”. Es un tipo de acoso sexual que involucra a una persona que ofrece algún tipo de beneficio, a cambio de algún tipo de favor sexual. El “Quid Pro Quo” suele darse en relaciones de poder, en el ámbito deportivo entre entrenador/a y deportista, dado que tiene el poder de proporcionar una recompensa o crear una acción adversa, dependiendo de cómo la persona deportista reciba sus peticiones de índole sexual.
Fomenta la comunicación y el apoyo entre compañeras y compañeros
Una de las consecuencias que tiene el ser víctima de acoso sexual, es la generación de un sentimiento de vergüenza y culpa. Normalmente, la persona que sufre cualquier tipo de acoso sexual suele sentir que, de alguna manera, ella ha provocado la situación y tiende a juzgar su propio comportamiento como “provocador”, o bien a juzgar sus propias reacciones emocionales ante la situación, “estoy exagerando, no es para tanto”.
Este sentimiento lleva a la víctima a seguir permitiendo los abusos sexuales que está sufriendo, acatando las órdenes de su agresor/a, sus manipulaciones o amenazas, etc., generando en ella lo que se conoce como “Indefensión Aprendida”.
Dentro del ámbito psicológico, se define el concepto de “Indefensión Aprendida” como un sentimiento que posiciona a la víctima ante la falsa creencia de que haga lo que haga, no podrá parar a su agresor/a, muchas veces por miedo a las represalias. Sobre todo si existe entre ambas personas una relación de poder, y otras ocasiones, por la propia normalización ante la sociedad de este tipo de abusos.
Por todo ello, para prevenir cualquier situación de acoso sexual o, en el caso de producirse, tener la capacidad de denunciarlo, es muy importante el fomento de la comunicación y del compañerismo. El poder contar con una fuerte red de apoyo con la que hablar y compartir las impresiones que se tienen ante una posible situación de acoso sexual, ayudará a la víctima a darse cuenta de que no tiene ningún tipo de responsabilidad sobre lo que le está sucediendo y, sobre todo, a poder denunciar ella o su red de apoyo lo que le está sucediendo.
Visibiliza lo que está ocurriendo: ¿Cómo y dónde acudir?
Como se ha descrito anteriormente, es importante que no se silencie lo que está ocurriendo, incluso aunque no exista plena seguridad de que se está siendo víctima de acoso sexual. Es importante que como mínimo, la persona que está sufriendo la posible situación de acoso sexual sea capaz de hablarlo con alguien que le ayude a reflexionar sobre si está siendo víctima o no y, en el caso de que si lo sea, se tiene que visibilizar lo que está ocurriendo hablando con las personas responsables del espacio donde se han producido los hechos y, por supuesto, denunciando formalmente.
Es importante:
- No dudar en manifestar abiertamente el rechazo ante la situación que, como mínimo, está incomodando. Si la persona que la provoca no tiene ninguna intención oculta, sabrá aceptarlo sin más.
- No dudar en acudir al mando directo en el caso de que cualquier situación esté produciendo incomodidad, como mínimo. En el caso de que dicha situación esté provocada por dicho mando directo, no dudar en acudir a cualquier otra persona responsable para contarle lo que está sucediendo y así, poder activar el protocolo de actuación.